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"Graffiti: la pared contra la espada"


"Graffiti quiteño: la Revolución de los Pétalos"

Cuarta Parte
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Graffiti: en clave de azul
.
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Poesía en las calles: la cultura del graffiti en el Ecuador
Graffiti quiteño: la Revolución de los Pétalos *  (IV Parte)
Juan Carlos Morales Mejía

          En otras entrevistas, el 83% busca crear conciencia, el 67% crear reflexión, el 50% cambiar de conducta y el 50% lo hace exclusivamente por divertirse. Hay otra señal: el 67% cree que es importante la agesividad para realizar graffiti. Estos porcentajes no suman el 100% porque los entrevistados optaron por varias respuestas. En el momento de pintar el 58% lo hace colectivamente mientras que el 42% lo hace indistintamente individual o grupal.
          ¿Pero qué piensa el público que los lee? Al otro lado de las paredes pintarrajeadas hay un 56% que cree que atentan contra el ornato de la urbe, pero el 32% considera que no hay problema. El 47% es partidario de un castigo y el 25% dice que no debe haber represión bajo nungún concepto. De estos entrevistados, más de un centenar, el 56% reconoce que algún graffiti lo llevó a la reflexión, y el 23% dice que pintaría un graffiti si tuviera algo que comunicar. Hay otro punto a favor: el 59% creen que los fantasmas de la noche tienen una actitud crítica frente a la sociedad. Sin embargo el 12% señala que quienes los pintan lo hacen porque no tienen nada mejor que hacer y el 1% (probablemente un dueño de casa) dice que los que pintan en los muros tienen un desequilibrio mental.
          ¿Pero quienes son estos perceptores? De los encuestados que trabajan solo el 20% está satisfecho de su situación actual mientras que el 80% está mas o menos o de ninguna forma satisfecho. 13. Por eso no es de extrañar que se pueda leer: "Señor dueño de casa déjenos pintarle sus limitaciones" o "Un océano de mercancías/un barco de hombres a la deriva", que después algunos graffiteros tuvieron que tragarse entero, con todo y naufragio.
          Patricio Falconí, en su libro de graffiti, trae a Borges a escena, dice que si las hadas no le hubieran hecho poeta hubiera sido -un suponer- guerrero de paredes: graffitero. Y lo cita: "No exageres el culto a la verdad; no hay hombre que al cabo de un día, no haya mentido con razón muchas veces" o "Que la luz de la lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea, Dios la verá". 13
          El graffiti como imaginario urbano se transforma en un cronista para entender -de manera descarnada- la mentalidad de una ciudad. En este caso el graffiti ideológico dio paso al poético. Silva dice que obligado a buscar otras respuestas ciudadanas: "se fue gestando y naciendo un "movimiento" plástico coyuntural, que coincidían en un lugar común: deshacer la escritura-graffiti de las antiguas formas panfletarias y acudir a nuevas suspicacias formales; introducir el afecto (y el efecto social), pero también la forma de arte, la figura y no sólo el verbo, para concebir un nuevo proyecto estético de su iconoclasta contemporánea". 14 Y se pregunta: "¿No podría pensarse que el conjunto graffiti de una ciudad se constituye en cierta fabulación colectiva que acerca sus enunciados y su temática a la mecánica narrativa de una novela? Incluso, de hecho, ¿no existen condensados que son auténticos "minicuentos" descarnadamente realistas?". 15. Como un graffiti que decía: "Erase una vez_ truz" o como diría Monterroso: "Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba ahí".
          Pero las frases de los escritores también aparecieron en los muros quiteños como una prueba de que los graffiteros los tenían presentes y los querían compartir: "Madurar es adecuarse física y espirtualmente a la porquería: f. Sábato", "Confieso que he vivido: f. Neruda", "Los ritos son necesarios: f El Principito" o "El precio del poder: la soledad: f. García Márquez" En una urbe, donde la memoria es frágil, los ritos siempre son importantes.Y haciendo una aproximación de Borges se podría decir que el que lee un graffiti en realidad lo está inventando o que el que levanta un adoquín es porque añora el mar -y los cambios de las olas-, aunque viva en una ciudad de neón y campanarios.

Notas

1. Fuentes Carlos, París, la Revolución de Mayo, Indice Rojo.
2. Ron Alex, Quito: ciudad de grafitis, Consejo Nacional de Cultura, Instituto de Investigaciones           
          de la Cultura.
3. Morales, Juan Carlos, Graffiti en clave de Azul, inédito.
4. Ron Alex, Quito: ciudad de  grafitis, Consejo Nacional de Cultura, Instituto de Investigaciones
          de la Cultura.
5. Silva, Armando, Una ciudad imaginada: Graffiti y expresión urbana, Universidad Nacional de
          Colombia.
6. Silva, Armando, Una ciudad imaginada: Graffiti y expresión urbana, Universidad Nacional de
          Colombia.
7. Morales, Juan Carlos, Revista Generación XXI, julio de 1997, Editores Nacionales.
8. Ron Alex, Quito: ciudad de grafitis, Consejo Nacional de Cultura, Instituto de Investigaciones
          de la Cultura.
9. Ortega, Alicia, charla presentada en la Universidad Católica de Quito, sobre su tesis de graffiti,
          de la Universidad Andina Simón Bolívar.
10. García, Edgar Alán, charla presentada en la Universidad Católica de Quito.
11. Rosero, Guillermo, El mundo de las greguerías. Colegio Nacional Teodoro Gómez de la Torre,
          Ibarra, Ecuador.
12. Oviedo, Makarios, La muralla el papel de los de agalla. Casa de la Poesía Jorge Carrera
          Andrade.
13. Barahona, María Luisa. Entre Paredes. Tesis de la Facultad de Comunicación de la
          Universidad Central.
14. Falconí, Patricio, Esa maldita pared, FundaFuturo.
15. Silva, Armando, Imaginarios Urbanos, Tercer Mundo Editores.
16 Silva, Armando, Una ciudad imaginada: Graffiti y expresión urbana, segunda edición, Tercer
          Mundo Editores.

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* Ponencia presentada en Quito en las Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana, Jalla 97, por la Univesidad Central del Ecuador, Facultad de Comunicación Social.









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