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Artículos

"Graffiti: la pared contra la espada"


"Graffiti quiteño: la Revolución de los Pétalos"

Primera parte
  Estos textos han sido tomados del libro
Graffiti: en clave de azul
.
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Poesía en las calles: la cultura del graffiti en el Ecuador
Graffiti quiteño: la Revolución de los Pétalos (I Parte)
Juan Carlos Morales Mejía

          "Bajo las campanas está el mar", rezaba un graffiti en Quito -a mediados de mayo de 1991- que los arqueólogos del futuro lo encontrarán como hicieron con los dibujos rupestres de Altamira: símbolos fálicos descoyunturando al miedo.
          En el último lecho del poeta Vicente Huidobro, en Chile, se puede leer: "Abrid la Tumba/al fondo/de esta tumba/está el mar". El creador de Altazor hilaba imágenes como graffiti: "eres más hermosa/que el relincho de un potro en la montaña".
          Hay una palabra clave para entender la Revolución de las Flores, en Mayo del 68 en París: pavé. Carlos Fuentes lo señala: "El pavé, el bello y humilde adoquín de las calles de París, ha adquirido hoy un rango casi fetichístico: fue la primera arma de contrataque de los estudiantes brutalizados por la policía; el arma, como ha dicho Sartre, no de la violencia, sino de la contraviolencia de centenares de miles de estudiantes que jamás hicieron otra cosa que defenderse (_). Los adoquines se convirtieron en nuestro medio de comunicación de masas. Salimos a las calles porque no tenemos otra manera de hacernos escuchar. En una sociedad donde los mass-media han sido domesticados y monopolizados. Contra la abundancia de comunicaciones inútiles, hemos enviado el mensaje imprescindible de nuestras piedras y nuestras palabras.Y quizás hay otra razón: Debajo de los adoquines están las playas.Y las palabras. Los muros de París hablan: sueños, consignas, cóleras, deseos, programas, bromas, desafíos y la resurrección de una heterogénea progenie reunida en una especie de editorial permanente de piedra y pintura.Jean-Jaques un sicoanalista se queja amargamente: "Los consultores se han vaciado, pero realmente vaciado. La revolución ha sustituido al siquiatra. Ayer vino a verme una muchacha, cliente mía, y me dijo: Ustedes quieren adaptarnos a esta sociedad idiota. Me niego a ser adaptada. Quiero ser rechazada y rechazar el mundo actual. Y me dejó como recuerdo un adoquín sobre la mesa".
          El graffiti, entonces, es sinónimo de contestatario, en la primera revolución de los jóvenes, de diversos países. "Esa conciencia -de volverse más críticos- proviene de un sentimiento de enajenación y se expresa, originalmente, en un movimiento de contestation (palabra clave en la revolución francesa: contestation, contester: algo más que cuestionar, poner en duda, someter a examen, desafiar sin tregua, debatir a todos los niveles, impedir la consagración esclerótica de las cosas: contestación, respuesta, poner las cosas en su lugar, en situación crítica permanente). Enajenación: En el mismo lugar donde comienza Rayuela, en el pasaje que conduce hasta la calle donde Oliviera buscaba a La Maga, hay ahora un cartel azul y negro con un dibujo en blancos punzantes de Julio Silva y un texto de Julio Cortázar: Ustedes son las guerrillas contra la muerte climatizada que quieren vendernos con el nombre de porvenir Y esto es lo primero que hay que comprender sobre la revolución de mayo en Francia: que es una insurrección, no contra un gobierno determinado, sino contra el futuro determinado por la práctica de la sociedad industrial contemporánea. Asistimos a una revolución de profundas raíces morales, protagonizada en primera instancia por la juventud de una nación desarrollada. Y estos jóvenes dicen que la abundancia no basta, que se trata de una abundancia mentirosa. Primero, porque pretende compensar con la variedad y cantidad de los bienes de consumo la uniformidad y la paucidad de los contenidos reales de la vida: comunicación, amor, cultura, dignidad personal y colectiva, sentido de la cualidad del trabajo, sentido de autonomía crítica de los individuos y de las organizaciones, relaciones concretas y decisivas entre cada hombre y lo que hace, dice, rechaza o escoge". 1
          Mientras más hago la revolución más ganas tengo de hacer el amor; mientras más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución. En Quito, después de 25 años de la Revolución de las Flores, apareció este graffiti con un añadido: pero hay un problema, soy virgen. El pavé francés se había transfigurado en el aerosol, pero de los que no contaminan al medioambiente. Fueron estos jóvenes ecuatorianos amantes de Cortázar quienes retomaron su palabra y hasta realizaron una adaptación libre. Hay un papelito que circuló en 1993: "Lo imposible se hizo día en París, un largo mes de día, amaneció Mayo de 1968, se despertó en la calle, en los cafés y un pueblo que no hablaba más que para callar descubrió la palabra, hizo el amor con ella en cada esquina, bajo cada puente, un árbol de sonrisas nació sobre el cemento_ en París se pidió lo imposible, los actos buscaron destrozar las máscaras del tiempo, la Gran Costumbre, el Gran Consumo, el Gran Sistema_". En una letra menuda se puede leer además: "A los 25 años tomamos la bandera desde el pupo de América Latina y gritamos nuestras palomas al viento porque estamos vivos, creemos en los sueños posibles y sabemos que la Utopía está a la vuelta de la esquina pastando con un unicornio_ Vamos a gritar nuestra magia de jóvenes de la "Generación de los 500 años", este día 27 de mayo, en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central (va a ver musiquita, teatrito y poemitas), lo único que tienes que hacer es desempolvar los sueños "con la certeza que Mayo puso en el vientre de la noche un semen de antorcha que mira hacia lo lejos para inventar el alba, el futuro".
          Fueron estos mismos jóvenes quienes escribieron: "Pedimos para los poetas hospitales de colores" o "Más poesía menos policía" junto a "Qué suerte que los pájaros se siguen cagando sobre las estatuas". Pero también tuvieron sus réplicas: "La literatura es el precio que se paga por servir al demonio, f: Las investigadoras" y contraréplicas: "El amor no es literatura hasta que no se escribe en la piel". En el libro inédito Graffiti en clave de Azul hay aproximación literaria a esos momentos: tras una pelea ideológica con su pareja a "Mateo no le dolió que su mano se alargara por medio de la pared. Como un pintor frenético no le importó que el sudor se escurriera también por la noche. La pared en cambio, recibió el regalo como una bendición. Mañana podría lucir las palabras en medio del atolladero del tráfico y los personajes con corbata. Mateo regresó a mirar. Supo entonces que las palabras ya no eran suyas. Y se escurrió por la noche_ Antes de que llegue el alba, la pared festejó su nuevo vestido: "No quiero ser un náufrago en este mar de pirañas". 3 Para el sociólogo Alejandro Moreano "la crisis del proceso revolucionario provocó un estado de ánimo de desilusión y desencanto (_). La derecha ganó la razón política, y nos queda la razón moral, la capacidad de cuestionar el orden existente desde la intimidad. El graffiti es la recuperación poética de lo cotidiano, convoca a otros tipos de cuestionamientos, de subversión, ya no subversión política que no es viable en este momento, sino una subversión desde lo íntimo; y esto me parece que, dice, prepara material para el futuro".4







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